Aquí van a estar publicadas todas esas historias cortas creadas a lo random o por retos de escritura basadas en una sola palabra. Pequeñas ideas fugaces de todo tipo que quieran ser plasmadas en pequeños mini mundos.

*15 de octubre°*

Querido diario, hoy Nathan me molestó de nuevo, tomó mi mochila y tiró mis útiles por la ventana del segundo piso.

*18 de octubre°*

Querido diario, hoy Nathan me obligó a comer un sándwich con tierra y pelusa que había debajo de las mesas, por suerte no me enfermé.

*20 de octubre°*

Nathan me hizo daño, me quemó con un cigarro y me dolió mucho, odio a Nathan.

*22 de octubre°*

Querido diario, estoy cansado de que Nathan me moleste, hoy sentí unas enormes ganas de lanzarlo por las escaleras pero no me atreví, últimamente me siento extraño, mi cuerpo está caliente.

*24 de octubre°*

Algo pasó, me desperté muy temprano y al mirarme al espejo tenía un cuerno en mi cabeza y un ojo como los de los gatos cuando están alerta. Me volví a acostar y cuando desperté ya me veía normal, creo que lo soñé.

*27 de octubre°*

Hoy empujé contra la pared a uno de sus amigos, no recuerdo haberlo hecho con tanta fuerza pero su espalda crujió curioso, espero no meterme en problemas.

*31 de octubre°*

Querido diario, ¡DEVORÉ A NATHAN! De forma muy literal, no recuerdo mucho cómo pasó pero mis papás dijeron que tenemos que mudarnos y luego me explicarán.

*1 de noviembre°*

Es mi último escrito porque es la última hoja antes de un diario nuevo... Querido diario, soy un dragón. Mis padres también lo son, no me dijeron por qué me manifesté muy tarde. Es impresionante y algo traumático, pero mi querido y fiel diario, estoy feliz de que Nathan ya no le hará daño a nadie más.

Busque y busque por toda la casa la llave, pero no la encuentro por ningún lado. Qué idiota fui al pensar que si lo guardaba en una caja con candado no lo iba a perder, nunca me detuve a pensar que mis capacidades no eran lo suficientemente buenas para recordar el lugar seguro donde dejé la llave. 

Caminé al sillón quitando los cojines de encima, solo los tiré al suelo y revisé las ranuras a ver si de casualidad estaba la llave ahí, solo encontré monedas, unos dulces, el control remoto que perdimos el mes pasado y un llavero roto que ya no había visto, pero nada, no están aquí. 
Me senté en el sillón pasándome las manos por el rostro en un gesto de frustración, miré el reloj, ya es tarde, pasan de las ocho de la noche y él seguro que está por llegar.

Di un brinco en mi lugar cuando el timbre sonó, me paré acomodando un poco mi traje y fui directo a abrir la puerta.

-Hola, me preocupó que algo pasara así que vine para acá- él es así, aun cuando dije que iría yo a su departamento, él no se iba a quedar tranquilo y vino directo a mí.

-Lo siento, sé que ya vamos tarde, pero estoy...
-¿Buscando algo? Se nota por el caos en tu departamento- echó un vistazo adentro y me sentí algo avergonzado-Déjame ayudarte, ¿qué estamos buscando?

-Una llave.

-¿De casualidad no es una llave dorada con un símbolo de rombo que tenía un llaverito pequeño de abejita?

-¿Eh? Sí, justo ese.

-Ay cariño, si me hubieras llamado antes te habrías ahorrado problemas, ¿no recuerdas que ayer lo dejaste en la mesa enfrente del sillón y luego de un golpe la tiraste sin querer al suelo? Te dije que la iba a poner en el dulcero- señaló el tazón lleno de dulces, el único lugar que no revisé y me di un golpe con la palma de mi mano en mi frente.

-Dios, qué haría sin ti- le robé un beso y él me regaló una sonrisa-Ya regreso.

Fui directo a la llave, esta abre una caja donde guardo el anillo con el que le voy a pedir matrimonio esta noche, me urge que se case conmigo para que mi vida esté completa. Es exactamente lo que necesito para ser feliz.

Siento que llevo siglos, años, milenios caminando y caminando sin rumbo fijo. Sólo siguiendo este sendero entre los árboles, soy un poco consciente de lo que hago aquí pero no de a dónde se supone que debo llegar exactamente.

Tendría que haber aparecido a estas alturas mi guía espiritual, mi contacto con un animal mágico que me lleve a recibir un mensaje importante 
Pero no hay nada aquí más allá del bosque, el camino y ese estúpido sonido como de aleteo que no me deja tranquila.

-Espera un minuto- pero no había nada detrás de mí. Miré hacia un lado, luego hacia otro, antes de mirar arriba. Entrecerré los ojos para ver un poco más entre los tenues rayos de luna hasta que, pegada en un árbol, había una polilla.

Ladeé la cabeza y arrugué la nariz, esas cosas me dan... bueno; valga la redundancia, cosa. Empezó a volar de la nada cuando descubrió que la veía. Oh maldición, viene hacia mí, al diablo si es mi guía espiritual o lo que sea. Salí corriendo lo más rápido posible hasta que me tropecé con una rama y rodé por una colina hasta llegar a un jardín de flores. 

Escupí los pétalos que se me metieron en la boca, tonta polilla, seguro que solo está aquí para atormentarme. Me levanté sacudiendo mi ropa y al levantar la mirada lo vi, ahí en medio de todo estaba la persona más importante que tuve en la vida.

-¡Papá!- corrí a lanzarme en sus brazos y me atrapó sonriendo-Oh por Dios, no sabes lo mucho que te extraño, hago lo que puedo en mi vida, pero no es suficiente y ma...- me interrumpió marcando un poco de distancia.

-También me alegra verte pero tengo el tiempo limitado, cuando despiertes ve al ático, toma la caja roja y corre, corre lo más lejos que puedas de esa casa. Huye antes de que sea tarde, tu madre no es tu madre cariño. Es peligrosa y mala, ella es una...- el mundo a mi alrededor empezó a distorsionarse y creo que apenas si puedo asimilar lo que dijo papá-¡Corre! Recuerda que papá te quiere.

Desperté de golpe en mi cama, sudando a mares y con la respiración agitada. Hay algo que no recuerdo y que es importante. La sombra de unas grandes alas se marcó en el suelo de mi habitación, miré hacia la ventana y ahí está una polilla pegada en el cristal. Mis ojos se abrieron con sorpresa, recuerdo qué hacer, bajé de un salto y me dispuse a correr para salvar mi vida.

Nunca estuve más feliz de ver a ese bicho con alas en mi ventana.

Las flores son un lindo detalle que se regala a la persona que quieres. Símbolo de afecto y en algunas ocasiones de amor eterno si eres de los que conoce el significado que tienen dependiendo del color y el tipo.

Por eso yo no conseguí rosas para el amor de mi vida, sino tulipanes. Cientos de tulipanes que están en cada una de las habitaciones, en jarrones, en el suelo, adornando las mesas, siendo solo pétalos o capullos completos. 

Además preparé su comida favorita y su vino favorito, miré el reloj una vez más. El momento está cada vez más cerca, ella llegará con su lindo uniforme de enfermera y se llevará la sorpresa de su vida. 

Apagué las luces para que la sorpresa fuera mayor, esperé su llegada paciente y tranquilo detrás de la puerta. Hasta que las llaves abriendo la cerradura sonaron y luego ella entró suspirando suavemente antes de prender la luz de la sala.

-¿Pero qué demonios?- sí, justo como esperaba su sorpresa fue sincera y sonreí cuando dio unos pasos al frente antes de cerrar la puerta detrás de ella. Dio un brinco y se giró-¿Qui-Quien eres?

-Soy quien más te quiere en el mundo- le extendí un ramo de tulipanes, los más rojos que fui capaz de conseguir-Tranquila, esta es una muestra de mi afecto y mi promesa de un amor perfecto y duradero.

Ahora nunca volveremos a estar separados y estaremos juntos para siempre.

Tengo un horno mágico y es la cosa más genial del mundo. Lo primero que hice fue hornear un pastel tan grande como la palma de mi mano, no es por presumir pero me quedó riquísimo.

Otro día horneé un cochecito, era de color rojo con cuatro puertas y dos alas, solo que era chiquito; como yo, aunque muy potente, fuimos por helado después de volar por el cielo azul.

En otra ocasión horneé un gatito, tenía la nariz más rosa del mundo y muchas manchas en el pelaje, haciéndolo parecer una vaquita tierna y adorable. Le gusta esconderse debajo de la escalera y entre los cajones del armario, es un buen cazador que sabe dar una voltereta hacia atrás.

Lo que tú quieras hacer en el horno, se preparará para ti. Es la primera vez que trato de hornear personas, una mujer bajita con vestido de puntos y cabello largo. Un hombre de traje muy alto. Pero esta vez no funcionan por más que horneo y horneo, no se mueven, no cobran vida.

Los ojos se me humedecen y mi labio inferior tiembla un poco, cuando escucho a una voz conocida hablar a mi lado.

-Andy, ¿otra vez estás jugando con esa caja? Mira nada más cómo estás, lleno de lodo.

-No esh una caja, es un hono, señoda coco- aclaré por qué es muy importante que los adultos te entiendan.

-Bueno, pero hay que darte un buen baño, hoy tienes una cita de adopción y seguro que es un buen día, una pareja está muy interesada en conocerte.

Sonreí con sus palabras, tal vez mi horno sí es mágico después de todo, solo que las personas no se hornean a la vista, sino que se hornean y aparecen en otro lado, seguro que sí.

Hoy será el día que tenga una mamá de vestido de lunares y un papá con traje.